18 enero 2011

EL AGENTE DE “LOS MERCADOS”


No hay personaje que me produzca más repugnancia, en la política española.


Siempre dispuesto al exabrupto contra su País, sin con ello contribuye a hundir a su enemigo político.

No tiene más orgullo, principios, ni moral, que sus propios intereses personales, el dinero.

Es una fiel reproducción del especimen-tipo, de los personajillos que reflejan la inmoralidad de la Derecha política.

Se inició en política, resistiéndose a la Democracia y abominando contra la Constitución.

Accedió a Presidente de Castilla y León, después de acusar a Demetrio Madrid, su predecesor en la Comunidad, de graves delitos de corrupción, que la Justicia demostró ser un falso montaje para desacreditarle. Después de 6 años de proceso quedó exonerado.

Cuando Felipe González, entonces Presidente del Gobierno de España, negoció y consiguió fondos europeos para la agricultura española, de los que nuestro País se ha beneficiado enormemente, durante muchos años; no tuvo ningún empacho en acusarle públicamente de “pedigüeño”.

Ahora que “ los mercados”, es decir los tiburones financieros que han causado la crisis económica mundial, jugándose los dineros que no eran suyos en la ruleta del casino del Mundo, -siempre me voy con las subordinadas- ; ahora que los mercados, decía, apuestan por atacar y hundir a España, apostando a la baja. Ahora, cuando más necesitamos de una imagen pública internacional, sólida, seria y coherente, aparece oportunamente este sinvergüenza ayudando a sus amigos y sembrando la duda contra nuestro País con declaraciones del tipo: “el estado de las autonomías en España es insostenible”; es decir arrimando el ascua a su sardina para mantener lo mismo que ya decía en 1978, cuando se oponía al capítulo VIII de la Constitución.

Cenaba el pasado viernes con Oscar López, nuestro candidato a presidir la Junta de Castilla y León y hablando del personaje que nos ocupa, nos desveló la siguiente anécdota: cuando Demetrio Madrid decidió dimitir como Presidente de la Junta, para acabar con los ataques que perjudicaban al Partido, llamó esa noche a Aznar y le comunicó que cejara en sus ataques, ya que dimitiría al día siguiente. Aznar le “agradeció ” el gesto, convocando de inmediato una rueda de prensa en la que anunció que: “le doy 24 horas para dimitir”.

Ahora el criticador de “pedigüeños” vive del retiro dorado de la empresa que él privatizó, y entregó a sus amigos, cuando fue Presidente del Gobierno. Ved la grandeza moral del personaje que a mí me produce tan profundo asco.