24 febrero 2006

YO TAMBIEN FUÍ JEFE

Ayer asistí a la presentación del anteproyecto de Llei del Sistema de Policia de Catalalunya, realizada por el Secretari de Seguretat Pública del Departament d´Interior de la Generalitat de Catalunya: Joan Delort, antiguo militante del PTE en los 70, y del PSUC en los 80, que hizo fortuna con CiU en los 90 y ahora sirve a los socialistas. Es tan buen camaleón como profesional, he de reconocerle que no lo hace nada mal.
Es una buena ley, que espero que salga adelante.
En Catalunya hay 946 municipios, de los que solo 203 tienen constituido el servicio de Policía Local, en conjunto unos 9.000 policías que prestan un servicio público tan desigual, como desiguales son los presupuestos de los respectivos ayuntamientos que los mantienen. Homologar estándares de calidad en el servicio que prestan es tan necesario, como injusto es ahora para los ciudadanos de los respectivos municipios soportar deficiencias en un servicio tan básico
Despejar la jungla de diferentes cuerpos policiales, es consustancial con mejorar niveles de eficiencia y eficacia.
El mantenimiento de 4 cuerpos policiales distintos e inconexos entre si: Policías Locales; Mossos d´Escuadra; Cuerpo Nacional de Policia y Guardia Civil; solo es explicable históricamente, desde la profunda desconfianza política entre las administraciones que los sustentan. Tenemos el sistema policial más caro de Europa, con unas ratios de 3´5 policías por cada mil habitantes, -cuando la media debiera estar entre 1´7 y 2- y uno de los más ineficaces. Racionalizar el sistema es tan de sentido común, como no mantener 4 servicios públicos diferentes de enseñanza; de justicia; o de sanidad. La máxima debe caminar hacia:
>“Un Territorio, una Policía” Si desde el punto de vista de la mejora en la calidad del servicio, tiene poca discusión; menos todavía debiera tener la desaparición de la figura del Jefe de Policía, como cargo vitalicio. Utilizando el mismo símil anterior, se trabaja ocasionalmente de director de un colegio o instituto; se desempeña circunstancialmente el cargo de director de un hospital; pero no existe en el organigrama de la administración pública la figura funcionarial de director-jefe con carácter permanente
Uno está de jefe –no es jefe-
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mientras la preparación profesional y la motivación personal está a la altura de lo que la administración y el servicio público requiere; y deja de estarlo, cuando la autoridad política legitimada por las urnas cada 4 años, lo decida
El panorama policial actual contempla multitud de casos de jefes policiales absolutamente obsoletos, enquistados en la estructura de la administración, que tienen conflictos con sus plantillas y alcaldes respectivos, que no hay forma de removerlos de su plaza y hacen como el perro del hortelano: "ni comen,ni dejan comer"
Ni trabajan ni dejan trabajar.Acabar con estas situaciones, será todo un avance
Imprescindible, como comentario último, la figura del Defensor del Ciudadano u Oficina de Quejas, -hoy inexistente- donde cualquier persona que crea haber sido víctima de un abuso policial pueda denunciarlo, al margen del propio servicio que le causó el presunto perjuicio.
Es casi un lugar común hablar del binomio Libertad-Seguridad. Yo que por defender la Libertad –en la dictadura- estuve detenido por atentar contra la Seguridad del Estado, y acabé siendo un jefe de policía que defendía la seguridad pública –de los ciudadanos, que no tanto del Estado-; afirmo con rotundidad que en un estado social y democrático de derecho, para poder ejercer mi Libertad (de pasear con mis hijos, de leer plácidamente en un parque público, necesito de un servicio básico por parte de la administración, que garantice mi Seguridad.
Ya solo nos faltará que Bono deje de ser Ministro de Defensa, para poder unificar en un solo cuerpo a la Policia del Estado (Guardia Civil + Policia Nacional)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿No te sirve el síndic de greuges o el defensor del pueblo?