Buen acto el de hoy en Viladecans.
Elena Valenciano ha hecho notar una de las grandes
contradicciones de los socialistas catalanes, con mucha finura, cuando se ha
girado, tocado y hablado de las banderas que le acompañaban.
Ha dicho que le faltaban algunas banderas... y ahí lo ha
dejado.
Sólo podían ser 2, la española y la roja.
Cierto que la española rojigualda nos recuerda al franquismo
guerracivilista. A mí no me gusta ni un pelo, pero seamos consecuentes.
Las 3 banderas representan a las derechas que gobiernan
Europa, España y Cataluña.
Si no nos gustan las quitamos... pero todas, y las
sustituimos por las que verdaderamente deseamos y SÍ representan al Socialismo
español y catalán: La roja, internacionalista y la de la República que queremos
propiciar.
Y no me vengan con estupideces protocolarias. El protocolo
está para saltárselo, cuando sus valores los impone la derecha.
En los 3 despachos oficiales que he tenido, en función de mi
cargo institucional, lo primero que hice fue descolgar los cuadros de Jordi
Pujol y de Juan Carlos, así como las 2 banderas oficiales. Si yo pude -y fue
del 1985 al 2008- los demás también.
(*)La única bandera que ondea en mi casa
No poner la española y sí la catalana produce un efecto
óptico de evaluación subjetiva y precipitada, cual es: El PSC representa a
Cataluña y no a España. Y es justo ahí, donde empezaron los problemas identitarios que han llevado a
nuestro electorado natural a la gran confusión de qué somos.
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