05 agosto 2010

LIBANO

Acabo de volver del Líbano después de una semana de intensos contactos entre una delegación del PSC y diversos dirigentes del Partido Socialista Libanés (PSL). Por el PSC acudimos Albert Aixalà, Director de la Fundació Rafael de Campalans, y yo mismo, en calidad de Director de Formación del PSC. Nos acompañó Nabil Malaeb, responsable del PSL en España. Nos entrevistamos con la cúpula del PSL, encabezados por su Secretario General, el coronel Fayad; el histórico fundador del PSL, Doureid Yaghi, Vice-Presidente y los distintos titulares de las Secretarías de Internacional; Mujer; Juventud; Movimiento Obrero y Política Municipal; así como con una comisión de 16 alcaldes, encabezada por el Presidente de la Federación de Municipios: Roger G. El Ashi; y Wajdi Mrad, alcalde de la ciudad de Alai. Visitamos el campo de refugiados palestinos de Beirut; uno de los 22 campos de refugiados existentes en el Líbano. Este acoge a 15.000 personas. En total son 400.000 los palestinos en suelo libanés. Nos entrevistamos con el responsable de la Fundación de ayuda al refugiado y acordamos ayudarles en sus proyectos formativos para los jóvenes. Subsisten; malviven en una situación infrahumana; vejatoria; intolerable para la dignidad humana; indignante para ellos y para nosotros, que renunciamos a tomar fotos o filmaciones, para no herirles más. De haberlo hecho, todas imágenes habrían tenido un denominador común: sus caras; mezcla de tristeza, resignación, desesperanza, impotencia y rabia a duras penas contenida. Escribí en 2003 un artículo en la prensa titulado: “ si yo fuera irakí”. No tengo ninguna duda de lo que haría hoy si yo fuera palestino. Todos los contactados estuvieron sumamente receptivos hacia una colaboración-cooperación en futuros programas de formación política, que la situación de crisis permanente, con la que mal-conviven con sus vecinos israelís, les ha impedido hasta ahora. En breve cerraremos programas específicos sectoriales con los alcaldes; con las juventudes socialistas; con las mujeres; con los activistas del movimiento obrero; y con los jóvenes palestinos del campo de refugiados. El embajador español: Juan Carlos Gafo, nos puso al corriente de la situación, desde una visión más objetiva y desapasionada. Todo apunta a que la cercana resolución en septiembre, del Tribunal Penal Internacional, sobre el asesinato en 2005 del Primer Ministro del país: Rafic Hariri; exculpando a los sirios y acusando a Hizbulá, provocará nuevamente serios enfrentamientos internos con sus milicias, que ya demostraron en 2008 que ellos solos pueden poner en jaque al Gobierno Libanés. Las últimas provocaciones del ejército israelí, con vuelos rasantes de sus cazas, casi a diario, sobre territorio libanés, que afrenta y se ríe de la soberanía nacional del Líbano, les ha dado más razones y les ha hecho más fuertes. Las milicias chiís de Hizbulá se han reorganizado y rearmado. Todo el mundo sabe en el Líbano que Hizbulá puede tomar Beirut en 2 horas. Hasta ahora, el débil “estatu quo” existente, mantiene el frágil equilibrio de las 16 sectas religiosas representadas en los 30 miembros del Gobierno Libanés. Hizbulá, que tiene un solo ministro, podría verse tentado a cambiar por las armas esa correlación de fuerzas, y la situación podría dar un giro radical y tornarse muy parecida a la de los palestino con el triunfo de Hamás en 2007. Estas 2 fuerzas radicales, que abogan por el enfrentamiento directo con Israel, podrían reavivar las llamas de una nueva guerra contra Israel que implicaría a buena parte de Oriente Medio. Todavía estábamos allí el pasado viernes, cuando aterrizaron en Beirut los Presidentes de Síria: Bashar al Assad y el monarca de Arabia Saudí: Abdalá Abdelaziz, para entrevistarse con Michel Suleymán, Presidente del Líbano, con la clara intención de intentar desactivar esta bomba de relojería antes de que estalle. Recién hemos vuelto esta semana, han comenzado los tiros. Esperemos que no vaya a más.

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