SOBRE LA IMPACIENCIA Y LAS CRÍTICAS ABRUPTAS A NUESTROS DIRIGENTES.
Como todos vosotros, frecuentemente recibo quejas de compañeros sobre la idoneidad, o no, de tal o cual dirigente de nuestro Partido.
Yo explico en los cursos de
acogida a nuevos militantes, que deben ser conscientes que se afilian a una
idea, a unos principios y valores, para defenderlos y extenderlos, los del
Socialismo.
Intento combatir la idea y disuadir a los que vienen atraidos por
la filiación al cargo; con el objetivo personal de hacer carrera
político-profesional.
Les apunto que el
Partido es patrimonio de sus votantes, NO de sus dirigentes, y les recomiendo
que si no les gustan, que los cambien; que usen su derecho democrático de
elección de cargos internos.
De los manuales de Liderazgo, aprendimos que cada asociación, entidad, partido o país, tiene los dirigentes que se merecen. Si no los tenemos mejores, probablemente es porque no sabemos encontrarlos, o simplemente, desde la humildad, tampoco nosotros somos más competentes.
Mi objetivo, desde L'Escola, siempre ha sido generar una masa crítica
que piense por sí misma. No seguidores, no acólitos, no sectas. Sí personas
libres, con criterio, auto-suficientes.
Estoy convencido de que solo la
educación, la cultura, la libertad, nos hará libres.
No hace falta echar a nadie, como alguno me apunta, ni siquiera marcharse del Partido. Solo hace falta que los que se quejan,
sepan más que ellos, y cuando sean conscientes de que alguno pueda ser
una rémora, en vez de hacernos avanzar, que los cambien.
Para eso habrían de
servir nuestros Congresos; para elegir a los mejores, a los que puedan hacer avanzar más rápidamente y con mayor eficiencia el proyecto colectivo del Socialismo.
Para eso habremos de renunciar a elegir dirigentes en función del parentesco o "familia" o de los "equilibrios territoriales" entre reinos de Taifas; y pasar a elegirlos en función de su actitud ideológica, y de su aptitud en cuanto a mérito, capacidad y solvencia demostrada.
Las mejores frutas maduran con el tiempo. Las personas y las causas colectivas, también
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