F. Hollande, acaba de poner en práctica una aplicación "sui géreris" de la Planificación Estratégica y la Dirección por Objetivos.
Ha destinado a sus actuales ministros, al "frente de batalla" electoral, donde domina la derecha, para que dirijan allí la campaña para las próximas legislativas.
El ministro que no obtenga más de un 12'5% de los votos en su circunscripción, será relevado del Gobierno.
Esta SÍ es una praxis magnífica para acabar con las famosas "cuotas" territoriales, de pertenencia a "familias" políticas internas.
Con esta novedosa forma de selección de cuadros, se acaba de un plumazo con la cooptación entre los "Reinos de Tahifas" y las preferencias personales por nepotismo.
El que quiera hacer carrera en la política, llegando a lo más alto del escalafón, que se lo trabaje, bajando cada día al "tajo" electoral y obteniendo resultados por mérito y capacidad.
Todavía recuerdo y pongo como ejemplo negativo en Técnicas de Liderazgo, la selección del primer gobierno de ZP. De 17 Ministros, 11 eran independientes. Su valor era no haberse "manchado" las manos con la política partidista. Dedicarse a sus cátedras, laboratorios, empresas o servicio de estudios del BBVA, mientras los afiliados se trabajaban la calle para conseguir que finalmente ellos fuesen llamados a la más alta instancia del gobierno. El mensaje quedaba clarísimo: militar es un demérito. Dejar a medias tus estudios o tu carrera profesional, para asumir cargos de responsabilidad orgánica interna en tu partido, se demostraba un craso error. Los sobrecualificados en master-titulitis vendrán a pisar la alfombra que los esforzados militantes habrán de seguir extendiendo a sus piés.
Después, cuando la política tocó abruptamente a nuestra puerta, con los obispos y la derecha ultramontana ocupando las calles, 2004-2008, ZP pidió ayuda a sus Ministros para que salieran en los medios haciendo declaraciones, haciendo política, y entonces cayó en la cuenta que no había contratado a políticos..., había promocionado insignes investigadores, especialistas de laboratorio de sus distinguidas disciplinas (Sanidad, Educación; Cultura, ect.), que ante la llamada del "Presi" se encogían de hombros, como diciendo: "...a mi no me mires, yo estoy aquí precisamente porqué nunca me ocupé de la política" (¿¿¿)
Ahora corren nuevos tiempos, tiempos duros para la política, y hay que volver a los políticos de raza, a los que se afilian a una idea, no a un cargo, a los ideológicos, a los de piedra picada, a los que se les ha encargado re-ideologizar el Partido y re-conectarlo con sus orígenes de clase.
A las "travesías del desierto" sólo se apuntan los que están acostumbrados a llevar las cantimploras. Estos son los que verdaderamente nos ayudarán en estos próximos 4 años.
Seamos justos y cuando hayamos llegado al oasis, no volvamos a prescindir de ellos, tratándoles con el desdén que nos ha caracterizado hasta ahora.
"La tierra para quien la trabaja, el Partido, también"
1 comentario:
Necesitamos una guillotina (virtual, ¡claro!)
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