08 marzo 2006

LAS CAUSAS DE LA ESCLAVITUD DE GÉNERO

La lucha de clases por el poder, ha caminado paralela a la lucha por el poder de género. Servidores y servidos. Explotadores y explotados, siempre con un doble componente: el genérico de clase, casta o condición social, y el personal, el de sojuzgue de una persona por otra. La causa en origen: el EGOISMO.
Los antiguos le pusieron solución. Inventaron tesis que justificasen la obediencia y sumisión del débil frente al fuerte, del siervo frente al señor. Así mientras unos escribieron la Ilíada y la Odisea -por hablar de textos largos-, otros se encargaron de la escritura de la Biblia o más tarde del Corán, ambos con el mismo valor científico que El Quijote; con la diferencia de que del último su autor se hizo responsable y no nos obligó a creer en ellos cual revelaciones de la virgen. Sin embargo, de los "textos sagrados" revelados por el tal Arcangel San Grabiel con alas, o del Dios de un solo ojo en el triangulito, revelador de Moisés, nunca más se supo.
En la misoginia religiosa que destilan tales textos, se perpetúa como dogma de fe que la mujer es inferior al hombre y como tal está sometida y es esclava del señor/es. "Soy la esclava del señor, hágase en mi, según tu palabra..."
Algunos interpretadores, iluminados por sus respectivos dioses, que para eso les elevaron después a la categoria de santos y se los llevaron a la diestra del padre, o de las 19 vírgenes uríes con velos transparentes, nos ofrecen algunas perlas literarias:
San Pedro: "Las mujeres están sujetas a sus maridos, las cuales ni traigan por defuera descubiertos los cabellos..."
San Jerónimo: "La virgen no descubra más que los ojos para salir a la calle..."
San Agustín: "Vosotras tenéis la culpa -si el marido las corregía con santas hostias- si os señalan el rostro fruto de la cólera marital, culpad a vuestra lengua, que es impropio de sirvientas hacer cara a sus señores..."
San Pablo: "Que la mujer obedezca, sirva y calle..."
De aqui a la explotación personal, sexual y laboral, solo hay un paso, por supuesto absolutamente justificado por las doctrinas fabricadas "ad hoc" por los poderosos, hombres, obviamente.
Indiscutible la necesidad de luchar cada día contra las consecuencias o manifestaciones de la discriminación laboral por motivos de género, así se va desarmando el castillo poco a poco, pero quan más rápido seria volcar todos los esfuerzos en luchar contra las causas en origen, contra las religiones alienantes, mantenedoras y justificadoras del "estatus quo" , atacando los cimientos del edificio.
Los socialistas españoles de final de siglo XIX acuñaron una frase: "No hay nada más tonto que ser obrero y de derechas". Las mujeres podrían reformularla: "No hay necedad más grande que profesar una fe que eterniza nuestra esclavitud. Si quieres ser libre, rompe tus cadenas"
Como dice Nawal Al-Saadawi (feminista ejipcia): "Hay que quitar el velo de la mente de las mujeres -musulmanas y cristianas-". En cuanto lo vean claro, serán imparables.
Aunque solo sea por hacer justicia a la ley del péndulo, el futuro del mundo ha de tener nombre de mujer.

No hay comentarios: