Ayer domingo celebramos en Cataluña la Asamblea General de
accionistas de Coca-Cola. La asamblea de los 300, nos llaman.
Discutíamos una propuesta de la Junta Directiva sobre la conveniencia
de añadir, o no, 10 burbujas más por
botella, por aquello de que ante una situación de depresión psicológica
nacional, había que estimular y poner en valor nuestro lema: “la
chispa de la vida”.
Sabíamos que en anteriores discusiones internas de la Junta
Directiva, un grupo minoritario -5 de sus 41 miembros-, proponían todo lo
contrario, rebajar la cantidad de azúcar y burbujas, para asemejarnos más a la
Pepsi-Cola, ya que ellos estiman muy lícitamente, que esta será la tendencia
mayoritaria del mercado en un futuro inmediato.
Se trataba pues de escuchar las razones de ambos sectores y
a partir de ahí tomar una decisión, sometiendo las propuestas a votación.
Aprieta el calor, y el mercado necesita que nos aclaremos,
para hacer previsión de pedidos en uno u otro sentido, en función de la
clarificación de nuestra oferta comercial.
El sector minoritario, justamente al que más audiencia le
prestan los medios de comunicación controlados por Pepsi-Cola, no fue capaz de
concretar su propuesta para pasarla a votación.
De los 300 accionistas, 287 votaron a favor de ser fieles a
nuestra marca y aumentar las 10 burbujas por botella, para estimular “la
chispa de la vida”. 2 votaron abstención expresa, 1 votó en contra, y
unos 10 se abstuvieron de participar en la votación, ausentándose de la
Asamblea.
Hoy lunes, los medios de comunicación de la Pepsi-Cola,
publican que nuestra convención fue un fracaso, y dan parrilla comunicativa a los
miembros de la Junta Directiva del sector mini-minoritario, para que se
expliquen y objetivamente sigan haciéndole daño a nuestra marca comercial, en
beneficio de la suya.
Ayer, algunos comerciales intervinieron en la Asamblea, quejándose
de la dificultad de seguir vendiendo nuestro producto con esta campaña en
contra, y demandaban a la Junta Directiva que, por coherencia, “arrancase
las malas hierbas” y dejase fuera de la Junta Directiva a aquellos
directivos que continúan haciendo campaña objetiva a favor de Pepsi, mientras continúan cobrando su sueldo de
alto representante que les paga Coca-Cola, es decir que le pagamos todos los
accionistas, ante el estupor e incredulidad de todos los consumidores de
nuestra marca.
Algunas intervenciones ayer, mostraron su enfado contra
estos “troyanos”, mostrando su apoyo al Director General y pidiéndole
que ejerciera su jefatura, mandando con claridad.Nuestro Director, que tiene un “tarannà” muy democrático, respondió con aquella frase tan socorrida de “en Coca-Cola no sobra nadie. Cabemos todos”
Hoy, leyendo la prensa, abrumadoramente mayoritaria al
servicio de PepSi, no sé si a nuestros clientes les habrá quedado clara nuestra
estrategia comercial, mientras continúan oyendo a algunos de nuestros
directivos de Coca-Cola, decirles que compren PepSi-Cola.
Aún así, si no nos hunden la marca, continuaremos pagándoles
su elevado sueldo.
Los de “la chispa de la vida” somos así de
democráticos.
!!Ahaa!! Aquí un va un lingt muy curioso de un Partido Político que tiene problemas similares y tampoco sabe como tratarles:
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