18 octubre 2005

VERGUENZA AJENA

Es la que siento desde que leí la portada de El Periódico el pasado sábado, camino del Consell Nacional del PSC y la de todas las portadas de hoy. Como se puede ser tan insensato; tan desleal; tan individualista; tan ciego.... y seguir liderando nada. Desde el pasado sábado, practico "terapia de grupo" con los numerosísimos compañeros/as que solicitan mi hombro para llorar; o mi oido para descargar su incontenida indignación. Yo siempre estoy dispuesto. Ya era hora que alguien pegase un puñetazo en la mesa y dijera ¡¡ hasta aqui hemos llegado¡¡ Nunca me habia sentido tan identificado con una declaración pública de la Ejecutiva Nacional. Menos mal que tenemos un Primer Secretario con la cabeza bien asentada sobre los hombros, que sabe poner, sin estruendos, todos los puntos sobre las ies. Y mañana, no veas la que nos va a caer encima. Seguira lloviendo a mares. Ya le pediremos al bueno de Iceta que abra bien el paraguas. Bonna nit, quedidos/as

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para comentar la pertinencia o no del presidente de hacer los cambios… quizás me es necesario establecer alguna premisa.

En primer lugar, me gustaría saber como podemos evaluar la calidad de las políticas aplicadas por los diferentes departamentos y si somos nosotros mejores que el president para establecer la adecuación de dichas políticas a las diferentes realidades.

En segundo lugar, me gustaría saber la cantidad de “hilos” a nivel de partido que han podido mover o podrán mover ahora que tendrán más tiempo para hacerlo los supuestos “consellers nominados”. Esa capacidad de presionar a los aparatos de los partidos, es verdaderamente la que mengua la fuerza de los mismos y los hace especialmente débiles cuando realmente tendrían que tener una fuerza mayor, pero en una medida también mayor.

En tercer lugar: ¿El pulso mantenido ha tenido algún ganador? Realmente ha tenido dos perdedores: El partido y el president. Ni CiU ni ERC ni ICV ni PP, han ganado nada. En todo caso, se ha conseguido quitar “un gallifante” a la clase política en general.

Ante el poder de las “familias” hace falta firmeza, y da la impresión que el Aparato que es quien debería tener esa firmeza, flojea.

Considero pues pertinente, muy en la línea del president Maragall la forma de hacer los cambios, considero que deberían haberse hecho y que esta tentativa frustrada nos quita credibilidad ante el partido, quita liderazgo a nuestro president y eso no debíamos haberlo permitido nunca.

Solución: dialogo fluido entre el president y el Aparato, dialogo sin amenazas veladas, sin prepotencia por ninguna de las partes, dialogo sincero y evaluación transparente de gobierno. Aún en el secreto de las conversaciones, por favor, que alguien ponga un poco de sentido común…

NOTA: Quizás parezca el texto una teoría de la conspiración. ¿Me estaré volviendo loco?